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Se encontraron más de 4 toneladas, mayoritariamente en fragmentos pequeños y medianos como los de nuestra colección. Son piezas únicas, no procedentes de corte de piezas mayores.
El valor de un meteorito de establece principalmente por: Tamaño, si es único o seccionado de una pieza mayor, si tiene líneas de vuelo características de la entrada en la atmósfera y trayecto hasta el suelo, si tiene o no costra de fusión (característica al quemarse a la entrada en la atmósfera), regmaglifos (cavidades que produce el flujo de aire a alta velocidad durante la caida) y su propia forma, a gusto de los coleccionistas.
Los meteoritos metálicos solo son un 2% de los caídos en la tierra, sin embargo los más abundantes en las colecciones, dado que es más fácil distinguirlos en tierra firme.
No se han descubierto minerales diferentes en ningún meteorito caído hasta el momento, de los ya existentes en la tierra, no obstante, la proporción de estos, si es completamente diferente. Así mismo los isótopos son diferentes y es lo que hace que los científicos puedan distinguirlos.
La composición de los provenientes de “Campo de Cielo”, son: Hierro (93%), Niquel (6%) Carbono, Cobalto y azufre (1%)
Tener un meteorito en nuestras manos, nos hace, sin duda alguna sentir de una manera muy especial. Y como regalo puede ser de los más originales que podamos encontrar. Para los coleccionistas, sin duda encontrarán inmejorables ejemplares en nuestra colección.